Buscando el equilibrio

Me quedé sin nada... Le di mis labios, mis ganas, mis fuerzas... le di mi vida... Se lo llevó todo. Ahora poco a poco he recuperado todo. Sé que hay parte de mi que siempre se quedará con él...

Después de ganar la batalla a la soledad, de considerarla mi más leal compañera, de aprender que el amor es más que dar, es compartir. Que es más que esperar, es actuar. Que es encontar a alguien que te acompañe por el camino de la vida, que amenice tu rutina. He descubierto que amar no es necesidad, no es dejar tu vida por la de alguien, no es cambiar a la gente, no es renunciar a tu espacio...

Más tarde vienen los miedos... Mientras no ame, no me dolerá. Mientras no de, no me faltará. Si no dejo entrar a nadie en el mundo de mi soledad, si nadie altera mi rutina, no hará falta derramar lágrimas inútiles...

Ahora me siento inútil, impotente. No me falta nada, no echo de menos... Pero descubro que me he quedado encerrada... Se me ha olvidado querer... Y tengo miedo...