miércoles, marzo 29, 2006

Hoy no hay equilibrio, ni orden…

Necesito un mensaje, un mail, una llamada para ver cómo estoy… Necesito un abrazo y un susurro…
La cabeza no para de darme vueltas, entiendo poco o tal vez nada. Recuerdo todos mis sueños, ando apretando los dientes y siento tensión en el cuello. Me he levantado con ganas de llorar y para colmo no había café en casa.
Hay solución, claro… Ya nada es tan oscuro como antes pero a veces mi mente se permite retroceder hasta el gris que me desequilibra.
Me gustaría poder decir que ahora sólo encontraría equilibrio en tus palabras o en tus brazos, pero como sabes, cuando me pongo así, nada es suficiente, ni yo soy suficiente para mí.
Me siento culpable y no, no pienso que soy la persona más desgraciada del mundo, ni si quiera un poquito, pero también tengo derecho a sentirme mal. Es duro todo este proceso y a veces fallan las fuerzas, permíteme caer, te aseguro que me vuelvo a levantar.
Hoy siento que no ha habido un momento peor en un ahora, porque antes lloraba y creía tener un motivo. Hoy cuando explico mis motivos “caigo en mi propia trampa” descubro que el motivo soy yo y mi circunstancia, que no tengo más fuerzas para seguir minando mi carácter y porque a cada fallo que me encuentro me lo reprocho hasta la saciedad. Hoy estoy en un punto que no me siento querida porque, y principalmente, no me quiero y no entiendo como nadie lo puede hacer por mi y por él.

Como siempre, hoy siento… Mañana se verá…

miércoles, marzo 22, 2006


Era esa sensación indescriptible, de hormigueo en el estómago, de inquietud, nervios… Dos o tres días por semana cuando, cargada con la bolsa, entraba por la puerta de la academia, durante 9 años de mi vida. Los nervios aumentaban cuando ensayábamos en los teatros y se desbordaban segundos antes de salir al escenario…

Ya no es tan intensa esa sensación, supongo que es porque ahora no sólo depende de mi el resultado. Antes me enfrentaba sola a mis movimientos, el espejo, la melodía, alguna compañera, pero estaba sola y me encantaba… Con el paso del tiempo las prioridades van cambiando. Tuve que dejar de soñar con bailar toda la vida para dedicarme a estudiar, porque si no eres la mejor, no eres nadie.

Cinco años de carrera y un cambio de residencia me hicieron volver a retomar el mundo, pero desde otro punto de vista. Ahora me he de dejar llevar, mi pareja decide y yo actúo en consecuencia, ya no estoy sola, me llevan, ya no me subo al escenario…

Y a pesar de todo consigo olvidarme de mi, de mis complejos, de mi vida y de la gente de alrededor. Consigo volver a sentir la sensación de libertad de siempre, sonrío sin esfuerzo, disfruto y me libero de mis tensiones. Mi cuerpo sigue solo el ritmo, esa sensación que aprendí a hacer mía a cada compás y que no dejo escapar. Consigo ser yo, la misma de antes, la misma de siempre y sin tropezar…

Y aún la gente me pregunta por qué adoro bailar…

lunes, marzo 20, 2006

Digo

Que no es por falta de ganas, sino por falta de fuerzas para construir algo lógico en mi "medio renovado" caos mental... Hoy digo...

Hace 10 años yo…
Creía que mi mundo cambiaba demasiado, pasaba del colegio al instituo, de un pueblo a una gran ciudad. Dejaba atrás amigos, haría nuevos, creía que empezaría mi vida...

Hace 5 años yo…
Creía que mi mundo no podría cambiar más. Volvia a estuidar, mi padre desaparecía de mi vida, no quería novios, no quería más lágrimas, queria mi carrera y labrarme un futuro...

Hace un año…
Creía que mi mundo no se podía hundir más. Ecahaba mucho de menos a mi ex, no tenía fuerzas para nada, pensaba que no acabaría la carrera en la vida, que no tendría trabajo. Positiva, como siempre, en mi línea...

Ayer yo…
Me levanté tarde, disfrute de mi madre y de mi plato preferido y compartí un paseo y una tarde maravillosa con una persona también maravillosa.

Cinco lugares especiales para mi…
Menorca: sentimientos encontrados, demasiado especial para las palabras
Cuba: salsa, calma...
Madrid: el lugar donde puedo perderme por años y donde siempre he querido hacerlo
Cualquier ciudad del sur: me enamora
Mi ciudad: me pierdo por sus calles y aún me sorprendo

Mi próximo destino: Menorca, Granada, Sevilla, algún pueblo perdido... Demasiadas cosas en la agenda

Cinco mayores alegrías de mi vida…
El nacimiento de cada uno de mis sobrinos
Cuando escuché "uno de los objetivos en mi vida será hacerte feliz"
La pirmera vez que me subí a un escenario
Cuando gané un campeonato de gimansia
Las que me quedan por vivir serán mejores

Cinco cosas que me gusta comer…
Lentejas, patatas, struddle, pasta... y lo confieso: el chocolate de vez en cuando

Juguetes favoritos…
Mis peluches, el monopatín, alguna pelota...

Cinco victimas…
Aqui no hay victimas....

lunes, marzo 13, 2006

Recuerdo…

Los domingos por la mañana, cuando mamá se iba, me escurría entre las sábanas y me abrazaba a ti, recuerdo el tacto de tu pijama…

Es duro volver atrás, tengo miedo de rebuscar entre esos recuerdos… Era más fácil dejarlos en el rincón, allí no molestaban, de esa manera aprendí a vivir sin ti.

Y he vuelto a llorar por todo aquello, me he vuelto a preguntar “por qué”, qué hice mal, he vuelto a ese rincón, me he sentado, rodeada de ti, y te he empezado a buscar… En mi memoria, eso sí…

Pero estoy descubriendo que si no te busco no encontraré esa parte de mi vida que había perdido, que no tenía sentido. Y si no lo hago no podré dejar de hacer daño a la gente que me quiere, que sí ha estado a mi lado…

Ganaron las cosas malas, pero encontré cosas buenas que se habían perdido en mi memoria… Y volví a sonreír, aunque sólo fue un instante, hablando de ti…

jueves, marzo 02, 2006

Se me olvidó…

Diez cosas buenas y diez malas…
Se me ha olvidado, si es que alguna vez viví contigo… Esos momentos compartidos, los juegos en el jardín, el beso antes de irme a dormir, si me explicabas un cuento o si me acunabas cuando lloraba. Me es más fácil pensar que mi cabeza lo borró todo el día que decidiste salir de nuestras vidas, llevándote una maleta naranja y borrando todo la parte de ti que estaba dentro de mí…
Soy incapaz de recordar el momento en que te fuiste de casa, si lloré, te grité o simplemente me di la vuelta y empecé a olvidarte en ese mismo instante.
Y ahora me toca volver atrás, al primer recuerdo que tengo de ti y construir otra vez una imagen de ti, y buscar diez cosas buenas para poder reconciliarme, perdonarte y abrazarte aunque sea sin tocarte…
Siento decirte que las diez cosas malas no me costará encontrarlas, siento no saber de ti y que me hayas borrado de tu vida. Me gustaría saber si aún piensas en mí, aunque si te soy sincera, yo hace tiempo que no te tengo presente en mi vida.

Y ahora, he de sentarme delante de mi cuaderno, y empezar a escribir, como cuando era una niña, diez cosas buenas y diez cosas malas debajo del título “Mi papá”…