Merecidas, perfectas y bastante cortas...
Así han sido estas vacaciones para mí.
Unos días inolvidables en el Cabo de Gata, disfrutando a solas de una inmejorable compañía, el cielo y el mar. Una visita a Granada para descubrir su magia que engancha. Y una escapada a Menorca, mi isla preferida, para disfrutar de su esencia y recordar viejos tiempos.
He aprendido mucho de mi, he compartido todo con contigo y luego con 7 personas más. Me he sentido la dueña y señora de una tienda de campaña enorme, he dormido como una reina en nuestro colchón hinchable, he andado un buen rato para descubrir calas perdidas, me ha embrujado la Alhambra, he pasado 11 horas en un coche, he montado la tienda a la 1 de la madrugada sin luz, he descubierto lo fácil que es convivir contigo y lo difícil que es hacerlo con 8 personas a la vez, he tocado caballos, me he emborrachado a las dos del medio día, he estado en una guerra de avellanas, he mojado a todos mis amigos con una pistola de agua como una niña pequeña, he vuelto a comprobar que el mar me fascina, he visto esconderse el sol en un paraje maravilloso, me han picado (cienes y cienes) de mosquitos, he llorado al recordar momentos...
Y ahora echo de menos todo esto...
Y un punto y a parte. He recargado pilas para lo que me toca. De aquí tres días empiezo en mi nuevo trabajo, no estoy nerviosa, tengo unas ganas terribles de volver a empezar...
Pero no sé, algo no es lo mismo, tengo la sensación de que a partir de ahora todo va a cambiar... pero a mejor, siempre a mejor...
Unos días inolvidables en el Cabo de Gata, disfrutando a solas de una inmejorable compañía, el cielo y el mar. Una visita a Granada para descubrir su magia que engancha. Y una escapada a Menorca, mi isla preferida, para disfrutar de su esencia y recordar viejos tiempos.
He aprendido mucho de mi, he compartido todo con contigo y luego con 7 personas más. Me he sentido la dueña y señora de una tienda de campaña enorme, he dormido como una reina en nuestro colchón hinchable, he andado un buen rato para descubrir calas perdidas, me ha embrujado la Alhambra, he pasado 11 horas en un coche, he montado la tienda a la 1 de la madrugada sin luz, he descubierto lo fácil que es convivir contigo y lo difícil que es hacerlo con 8 personas a la vez, he tocado caballos, me he emborrachado a las dos del medio día, he estado en una guerra de avellanas, he mojado a todos mis amigos con una pistola de agua como una niña pequeña, he vuelto a comprobar que el mar me fascina, he visto esconderse el sol en un paraje maravilloso, me han picado (cienes y cienes) de mosquitos, he llorado al recordar momentos...
Y ahora echo de menos todo esto...
Y un punto y a parte. He recargado pilas para lo que me toca. De aquí tres días empiezo en mi nuevo trabajo, no estoy nerviosa, tengo unas ganas terribles de volver a empezar...
Pero no sé, algo no es lo mismo, tengo la sensación de que a partir de ahora todo va a cambiar... pero a mejor, siempre a mejor...
